En Gran Bretaña hace ya años que existe el debate sobre si se debería adelantar el reloj una hora durante todo el año. La propuesta lograría un importante ahorro energético, ya que la cantidad de gente que disfruta de las primeras horas de luz por la mañana es mucho menor que la cantidad de gente que está despierta por la tarde para disfrutar de los últimos rayos del sol. La organización 10:10, liderada por la carismática directora Franny Armstrong, ha logrado en estos últimos años reunir un importante respaldo popular para la causa. Aún así, la medida volvía a ser rechazada en el Parlamento del Reino Unido en enero 2012. Lighter Later (Más Luz Más Tarde) es una campaña coordinada por la organización 10:10 y forma parte de su objetivo para lograr reducir las emisiones de CO2 y combatir el cambio climático. Consciente de que las reducciones voluntarias de las emisiones de carbono no lograrán evitar el cambio climático a no ser que se vean respaldadas por un importante apoyo político, la campaña se dedica a informar a la sociedad sobre las ventajas de adelantar una hora el reloj en Gran Bretaña para que el sol salga y se ponga una hora después durante todo el año. De esta forma se reducirían enormemente el consumo energético y las emisiones de gas de efecto invernadero relacionadas con el mismo.
Existen varios motivos por los que el cambio propuesto por 10:10 resultaría muy ventajoso. El primero es bastante sencillo: adelantar una hora el reloj implicaría adaptar a las horas de luz solar las horas en las que la mayoría de los habitantes del país está despierta. Gracias a esta modificación se lograría reducir de forma significativa el gasto energético diario debido a la iluminación eléctrica. El segundo motivo es más complicado: cuando todo el mundo utiliza la electricidad al mismo tiempo se consumen más combustibles fósiles y se emiten más gases de efecto invernadero que en situaciones normales, ya que las centrales eléctricas menos eficientes se ponen en funcionamiento para lograr abastecer este pico de la demanda.
Con el actual horario, el pico de la demanda de electricidad tiene lugar entre las 16:00 y las 18:30, cuando la mayoría de los habitantes del país llega a casa después de la jornada laboral, la escuela o la universidad. Este espacio de tiempo suele coincidir con la caída de la noche durante gran parte del año, lo que implica que, además de encender la tetera y el televisor, todos los hogares encienden también las luces, agudizando aún más el pico de demanda. Se calcula que, si el sol tardara más en ponerse por las tardes, se utilizaría menos energía y se lograría reducir el pico de la demanda, lo que ahorraría gran cantidad de energía y emisiones de gas de efecto invernadero.
Según los expertos, estas reducciones serían de al menos 447.000 toneladas de CO2 anuales, el equivalente a 50.000 coches dando la vuelta al mundo o la producción de 1788 bolsas de plástico para cada hogar en el Reino Unido. Por otro lado, la mayoría de la gente suele hacer viajes más complicados y más largos después del trabajo y la escuela que cuando comienza el día, por lo que sería más seguro para todos que estos recorridos se realizaran con la luz del sol. La Real Sociedad para la Prevención de Accidentes (RoSPA) estima que, si se llevaran a cabo los cambios, se salvarían unas 80 vidas cada año.