Desde el año 2000, el barrio de Villeurbanne, situado en la periferia de Lyon, se comprometió a reducir drásticamente el uso de pesticidas, insecticidas y cualquier otro producto fitosanitario en el tratamiento de sus espacios verdes.
La villa emprendió su particular lucha biológica apostando a favor de las alternativas naturales frente a los típicos productos químicos usados en jardines y demás espacios verdes. Se recurrió al uso de predadores naturales de insectos dañinos en lugar de tratamientos químicos. Especialmente «golosa» en cuanto a pulgones y otros insectos dañinos es la Mariquita (Coccinella septempunctata), líder de la lucha llamada «por entomofagia». Además, Villeurbanne continuó con esta técnica introduciendo Chrysops, unos insectos de la familia de los Neurópteros muy apreciados por su voracidad en el ámbito de la horticultura.
Existen numerosas posibilidades de tratar naturalmente los espacios verdes urbanos, por ejemplo, para proteger sus castaños, Villeurbanne recurrió a feromonas, sustancias químicas producidas por individuos de una misma especie, gracias a las cuales, los insectos pueden comunicarse entre ellos. Pulverizadas directamente sobre las plantas a tratar, las feromonas consiguen desorientar o atraer a los machos a las trampas dispuestas para atraparlos, así se limitan las posibilidades de reproducción. La vegetación dispone de recursos propios.
Ciertas materias biológicas activas pueden ser muy eficaces en la erradicación de otras más dañinas. Como es el caso de la bacteria Bacillus thuringiensis que se encuentra presente en el aire, el agua, en las hojas de las plantas y en la mayoría de terrenos. Esta bacteria expulsa unas excreciones en forma de cristales que son mortales para ciertas larvas y orugas como, por ejemplo, la terrible pasionaria del pino, principal enemiga de los espacios forestales de Europa del sur. En los espacios verdes públicos, se debe prestar especial atención en la elección de las especies que se quieren plantar, se debe tener en cuenta las condiciones climáticas específicas de cada terreno o las características medioambientales de la zona. Por ejemplo, hay especies que se adaptan especialmente bien al clima urbano como elCapudre o Sorbus aucuparia, el Fresno, los Arces y los Tilos. Todos ellos han sido seleccionados para poblar el parque de “La Commune de Paris” en Villeurbanne.