La agricultura ecológica puede producir agro combustibles sin disponer de superficie de cultivo específica para ello.
La agricultura industrial como agente propulsor del cambio climático.
La agricultura es uno de los mayores emisores de gases de efecto invernadero. Así lo transmitía la organización ecologista Greenpeace en un informe publicado a principios de año, en el que describía de forma detallada las dañinas prácticas de la agricultura industrial y exponía algunas medidas que se pueden llevar a cabo para mitigar su contribución al cambio climático.
Greenpeace estima que la agricultura genera de un 17 a un 32% del total de gases de efecto invernadero emitidos por la actividad del hombre.
En su informe señala como culpables al uso intensivo de químicos, que degrada el suelo, el abuso de fertilizantes, que emiten grandes cantidades de gases de efecto invernadero y la destrucción de ecosistemas para obtener nuevas tierras, en especial para el cultivo de soja, que se utiliza como alimento para el ganado, y de aceite de palma, dirigido fundamentalmente a la producción de agro combustibles.
Entre sus recomendaciones se encuentran la aplicación más precisa de fertilizantes en cantidades adecuadas y la disminución por parte del consumidor de la demanda de carne, que evitaría gran cantidad de emisiones de metano así como la deforestación debida a la superficie de terreno que requiere el mantenimiento de los animales.
Por último, Greenpeace recomienda la agro forestación, sistema mediante el que se combinan varios tipos de cultivos de forma que se protejan unos a otros ante agresiones como plagas, inundaciones y épocas de sequía.
La agro forestación como medida de prevención.
Hace ya años que los agricultores de todos los rincones del mundo están teniendo que vérselas con el cambio climático que, más allá del aumento de la temperatura global en unos cuantos grados centígrados, implica una gran variabilidad de las condiciones climáticas, con largas temporadas de sequía durante las que el suelo se degrada seguidas de repentinas lluvias torrenciales que arrasan los cultivos.
En el año 2005, el experto agrónomo de Worldwatch Institute Brian Halweil publicaba un artículo llamado “The Irony of Climate”, en el que explicaba cómo la agroforestación está siendo aplicada de forma efectiva en varios lugares del mundo: “En algunas áreas de África los agricultores llevan años plantando árboles a lo largo de los cultivos«.
Según explicaba Lou Verchont, investigador jefe sobre el cambio climático en el Centro Internacional de Investigación Agroforestal de Nairobi, los árboles llegan con sus raíces a más profundidad que los cultivos, lo que les permite sobrevivir en época de sequía y bombear el agua a las capas menos profundas, donde se encuentran otros cultivos.
Los árboles también tienen la capacidad de mejorar el terreno de cultivo: las raíces excavan la tierra formando cauces para el agua subterránea, y sus hojas se descomponen para crear compost. (…)
El cultivo mixto resulta una alternativa prometedora ante el aumento de las temperaturas, que traerá consigo la desaparición de las áreas tradicionales de cultivo de café y té en el Caribe, Latinoamérica y África.
En Uganda, donde el café y el té conforman prácticamente la totalidad de las exportaciones agrícolas, un aumento de dos grados centígrados reduciría drásticamente la superficie de cultivo, ya que solamente las áreas más elevadas mantendrían temperaturas idóneas para estos cultivos. (…) Aquellos cultivos que cuenten con árboles plantados de forma estratégica no solamente soportarán mejor las lluvias torrenciales y las sequías, sino que podrán absorber mayores cantidades de CO2.”
Los agro combustibles como amenaza para el ser humano.
Los agro combustibles empezaron a utilizarse como alternativa a los combustibles fósiles debido, entre otros factores, a las ventajas que ofrecen con respecto a estos: son neutrales en sus emisiones de CO2, es decir, la cantidad de carbono que emiten se compensa mediante la que absorben durante el crecimiento de las plantas con que se producen; constituyen una fuente de energía renovable, ya que proviene de plantas que pueden cultivarse a conveniencia; además, se pueden cultivar en distintos lugares del mundo.
Los agro combustibles disfrutaron durante una época de gran acogida hasta que, en los últimos años, las críticas sobre su impacto medioambiental, el aumento de los precios de los alimentos y el consumo de tierras que su cultivo requiere llevaron a las organizaciones internacionales a replantearse su utilización.
A principios de 2008, la Comisión Europea anunciaba que tendría que revisar la política sobre agro combustibles de la Unión Europea, en la que se había propuesto promover la utilización de combustibles de origen vegetal hasta alcanzar el 10% de la totalidad del transporte en su territorio en el año 2020.
Mediante este comunicado la Comisión Europea admitía que el impacto medioambiental y social de la producción de agro combustibles podría ser más importante de lo que se había considerado inicialmente.
En abril 2008, en el contexto del Programa de Alimentación Mundial de las Naciones Unidas, varios países hacían un llamamiento a la modificación de la agricultura mundial para intentar paliar la creciente hambruna que se está sufriendo en varios lugares del mundo: mediante un informe respaldado por el Banco Mundial y los organismos de las Naciones Unidas, se daba a conocer que el aumento de los precios (hasta un 80% en algunos países) está provocando situaciones de crisis y más de 33 países se encuentran en peligro de desestabilización política debida a la crisis alimentaria.
Entre otros argumentos, el informe afirma que la tecnología genética no es la solución para alimentar al mundo, y que los campos de cultivo de agro combustibles para la automoción suponen una grave amenaza de aumentar la malnutrición mundial. Los autores del informe de 2.500 páginas, IAASTD, afirman que en el mundo se producen suficientes alimentos para todos, pero más de 800 millones de personas sufren malnutrición.
Los autores afirman que la ciencia y la tecnología deben aplicarse al aumento de producción de alimentos, pero también a la protección de los suelos, los recursos acuíferos y los bosques. “Necesitamos nuevas formas sostenibles de producción de alimentos”, se asegura en el informe, en el que se advierte del peligro que supone la conversión de cultivos para la producción de agro combustibles.
En respuesta al informe, un grupo de ocho grupos de consumo y organizaciones ecologistas internacionales, en las que se encuentran Third World Network, Practical Action, Greenpeace y Friends of the Earth, afirmaban en un comunicado: “Estamos viviendo el fracaso de la agricultura industrial. La agricultura a pequeña escala y los métodos ecológicos conforman el camino para resolver la actual crisis alimentaria y satisfacer las necesidades de las distintas comunidades”.
La solución.
Desde el año 2001, el Departamento de Agricultura Ecológica del Johan Heinrich von Thünen, uno de los organismos de investigación creados por el Ministerio alemán de Alimentación, Agricultura y Protección al Consumidor (BMEL) y cuyos estudios sirven de base para su toma de decisiones, se ocupa de la investigación de los cultivos mixtos para la producción de alimentos y agrocombustibles.
En junio de 2008 el Instituto Johann Heinrich von Thünen, anunciaba los resultados de su estudio “Teller und Tank sind möglich” (¿Comer y repostar? Sí, es posible) en el que se demuestra cómo la agricultura ecológica puede producir agrocombustibles sin disponer de superficie de cultivo específica para ello.
A estas ventajas hay que añadir el equilibrio ecológico que este tipo de combustibles tienen cuando se producen junto con alimentos. Con respecto a las características de cada aceite vegetal y su rendimiento en el motor, solamente el proveniente de colza cuenta con suficiente documentación.
Por este motivo, el instituto está llevando a cabo de forma conjunta con la Cátedra de Mecánica de la Universidad de Rostock las pruebas necesarias para evaluar el rendimiento como combustible de diversas mezclas de aceite de lino a presión en frío con otros aceites vegetales.
La cantidad de molinos de aceite que existe en la actualidad podrían hacer que las mezclas de aceites vegetales provenientes de cultivos mixtos ecológicos se conviertan en el combustible del futuro para el ámbito rural.
– Para acceder al estudio de Scharlemann and Laurance, del Smithsonian Tropical Research Institute, en Panamá, publicado en enero 2008 en la revista Science.
– Investigación encargada por el Gobierno de la Confederación Suiza sobre el impacto de los biocombustibles, de mayo 2007: “Valoración Ecológica de los Biocombustibles”
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Pedro Cello Cedeño
Sus temas son claros y precisos,. felicitaciones. Favor conciderar temas como disminución de masas de glaciales por aumento de temperatura en los polos
martha g
no estoy de acuerdo con sembrar biocombustibles con tanta hambre en el mundo, pero si quiero que la humanidad se mas conciente con los alimentos que consume porque crea mas gastos por enfermedades al consumir alimentos chatarra o alimetos de luz roja y estro provoca gastos a su familia y a su pais
isabel
ola…pz esta interesante el tema de la agricultura…..es buena por k asi alos peruanso nos ayuda a reconocer lo k los peruanos tenemos ….por eso yo kisiera k me manden a mi msn ps casi toda la informacion de la agricultura del peru esta muy interesante bueno suvan mas informacio para k asi se recreen los demas sip .