Un transporte sostenible, limpio y ecológico proporcionaría empleo al mismo tiempo que salvaría la vida de miles de personas cada año. Estos datos son el resultado de un estudio publicado el pasado mes de abril por la CEE-ONU, dicho estudio analizó el supuesto de que el mundo entero adoptaba los hábitos ciclistas de Copenhague.
Más de 76.000 personas se emplearían cada año en las redes de transporte ecológico y unas 10.000 vidas se lograrían salvar si las grandes ciudades europeas adoptaran los hábitos ciclistas de la capital de Dinamarca. Estos datos son las conclusiones a las que llegó el reciente estudio “Los empleos relacionados al transporte respetuoso con el medio ambiente y la salud”. El estudio demuestra que invertir en un transporte “ecológico y sano” como la bicicleta no presenta únicamente beneficios para la salud, sino que resulta económicamente rentable.
El impacto del transporte motorizado sobre el medio ambiente y la salud de las personas puede llegar a alcanzar el 4% del P.I.B de un país. En Europa, la contaminación del aire exterior producida en gran parte por el transporte provoca casi 500.000 muertes anuales. Los accidentes de carretera matan aproximadamente a 90.000 personas cada año. Otro factor a tener en cuenta es el ruido, que afecta a 70 millones de personas. El transporte supone un 24% del total de emisiones de gas de efecto invernadero en Europa y en América del Norte, además contribuye aproximadamente al fallecimiento de un millón de personas anualmente debido al sedentarismo. Todos estos datos provienen de la OMS.
Copenhague, la capital danesa, es una de las ciudades líderes en el uso de la bicicleta como medio de transporte cotidiano con un 26% de los desplazamientos totales. Este nivel supera ampliamente el de la mayoría de las ciudades europeas. Bastaría que en cada país una ciudad de las más pobladas consiguiera alcanzar las cifras de Copenhague para que cada año se crearan más de 76.000 empleos relacionados con las redes de transporte ecológico. Estos puestos de trabajo se crearían en el mantenimiento de bicicletas, la venta de equipamiento y de accesorios para ciclistas urbanos y en el desarrollo de nuevos programas de movilidad urbana. Además, un incremento de la práctica de la bicicleta humaniza la ciudad y reduce las emisiones de gas de efecto invernadero.