La empresa británica Oxitec, con la aprobación de las autoridades, ha llevado a cabo pruebas con mosquitos transgénicos en las islas Caiman, en Malasia y en Brasil. Ahora, después de que el Parlamento Europeo se disponga a aprobar esta práctica mediante una nueva proposición reglamentaria, podría iniciar sus actividades en España. La empresa británica prevé liberar estos predadores genéticamente modificados de forma masiva en toda la Unión Europea con el objetivo de que se emparejen con sus congéneres salvajes y lograr así reducir el número de estos últimos. Los insectos se modifican genéticamente con el objetivo de que sus larvas mueran en el interior de las olivas, los tomates o las hojas de las coliflores. Para lograr el efecto deseado (eliminar insectos salvajes que atacan a los cultivos), se deben liberar miles y miles de larvas semanalmente. Si el proyecto de reglamento europeo se acaba aprobando, Oxitec liberará miles de larvas y huevos de mariposas e insectos genéticamente modificados que el consumidor podría encontrar en las frutas y verduras. La organización británica Gene Watch rechaza este proyecto de reglamento al considerarlo peligroso para la salud y el medio ambiente.
Uno de los principales enemigos de los olivares es la mosca del olivo (bactrocera olea). Los productores de aceite tratan de reducirla cada año mediante pulverizaciones aéreas y tratamientos del suelo con feromonas. Oxitec ha desarrollado moscas de olivo macho genéticamente modificadas de forma que, al emparejarse con hembras salvajes, mueran sus descendientes. El problema es que nadie garantiza que estas larvas no sean nocivas para el consumidor que las ingiera. Por otra parte, la Agencia Europea para la Seguridad Alimentaria (EFSA), en un borrador del proyecto de reglamento publicado para su consulta, excluye de forma específica toda prueba para saber si estos insectos y larvas genéticamente modificados presenten algún riesgo alimentario. Según Helen Wallace, de Gene Watch, “Nadie quiere comer larvas genéticamente modificadas muertas o muriendo en sus olivas o tomates. Y nadie sabe si estos insectos modificados que aún están vivos aparecerán en los huertos o jardines colindantes. La propuesta de la EFSA es una partida de póker con nuestra alimentación y nuestro medio ambiente”. Gene Watch Reino Unido ha enviado un escrito a la Comisión Europea en el que denuncia el rol que juegan tanto Oxitec como Syngenta, el gigante mundial de los pesticidas, en la redacción de las nuevas reglas. La organización inglesa también desea que la EFSA explique su competencia a la hora de redactar las líneas de conducta sobre los problemas que no se corresponden con su cometido. Syngenta ayudó financieramente a Oxitec en el desarrollo de estos insectos depredadores agrícolas. La mayoría de los ejectivos de Oxitec son antiguos miembros del consejo de administración de Syngenta. Gene Watch denuncia la forma cómo estas dos compañías deformaron el borrador del nuevo reglamento para favorecer la autorización y comercialización de estos insectos genéticamente modificados. Según comenta Gene Watch, “Si los reglamentos son redactados por las compañías que buscan ganar dinero jugando con la salud de las personas y con el medio ambiente, ¿para qué sirve una autoridad de seguridad de los alimentos que no quiere hacer su trabajo?
Carta abierta de Gene Watch a la Comisión Europea Amigos de la Tierra