Un grupo de amigos de Sao Paulo, encabezados por el artista Felipe Morozini, se encargaron durante la mañana de un domingo de transformar, mediante flores pintadas en el asfalto, una de las vías más polémicas de la ciudad. La vía urbana, normalmente atascada de vehículos, se transformó durante unas horas en un jardín virtual que puso en evidencia el problema con que conviven diariamente sus vecinos.
Una hermosa mañana de domingo el pasado mes de octubre, la autovía urbana Minhocão amanecía florida por la mano de un artista.

El brasileño Felipe Morozini quería lograr mediante esta impresionante acción un lugar más hermoso y poético en esta autopista urbana que, desde 1971, se encarga de la degradación de las fachadas y del paisaje urbano y llena de humo, ruido y contaminación el centro de San Paulo. Con la ayuda de un grupo de amigos, el artista logró pintar la autovía, normalmente congestionada, y llamar la atención sobre la importancia de recuperar el espacio para el ciudadano.