Unos de los gestos importantes que puede hacer el ciudadano para cuidar el medioambiente es el de fijarse al comprar y desechar los productos que estén demasiado embalados.
Siempre que se pueda es mejor comprar verduras sueltas, al peso, que no en bandejas, y así cualquier otro producto. No nos damos cuenta de la cantidad de basura que nos llevamos a casa. Nos ahorraríamos mucho trabajo y espacio si tuviéramos en cuenta lo superfluo de muchos embalajes, lo inútil que resulta acarrear con tanto plástico, cartón y algún que otro producto más peligroso. No se trata de reciclar, de separar los materiales para bajarlos al su correspondiente contenedor, se trata incluso de evitar esa tarea al máximo posible.
El transporte de residuos desde los contenedores a los puntos de reciclado, además de costar mucho dinero a las ciudades, es un foco de contaminación muy importante. Como en la salud, y en este caso es finalmente una cuestión de salud, más vale prevenir que curar. Este pequeño video muestra un ejemplo de lo irracional que resulta el embalaje y empaquetamiento de un producto y lo que se podría ahorrar el consumidor y finalmente, el planeta.