En 1908 Barcelona era una ciudad transitable a pie o en bicicleta, el ritmo de la ciudad lo marcaba el peatón. Quien paseaba por las calles lo hacía sin temor. Simplemente con ver estas imágenes se percibe el inevitable contraste con la realidad actual, una ayuda para darnos cuenta de como ha evolucionado la ciudad. ¿Es así como la queremos?
Imágenes.
Visualizar este video es darse cuenta de que hemos cambiado mucho el concepto de ciudad. Gente por la calle paseando de un lado al otro sin miedo, sin temor a ser atropellados por el incesante tráfico que actualmente nos amenaza día a día. Tranvías como medio limpio de transporte. La calle para el peatón, como lugar de encuentro, como recreo. La futura ciudad ecológica y sostenible que queremos tendrá muchas similitudes con aquella que enterramos.
Hemos avanzado en muchos asuntos sociales, no cabe duda. Pero en otros temas no menos importantes hemos fracasado. Para iniciar el cambio que mejore la situación lo primero es reconocer los errores. Si la calle pertenece al pueblo, al ciudadano, debe volver a sus orígenes, a ser ese espacio que nos reúna, que nos una. Hace ya mucho que la calle muestra el estrés de la gente, hace ya mucho que la calle estresa a la gente, les produce una especie de miedo. Urge limpiar la ciudad de malos humos, es necesario ampliar el espacio para los ciudadanos. El cambio necesario pasa, sin ninguna duda, por desalojarla de vehículos motorizados que contaminan y amenazan la calma diaria y el quehacer cotidiano del pueblo. Barcelona en 1908 es un pequeño documento que muestra que algunas cosas estaban bien por aquel entonces. El progreso también se equivoca.
A la ciudad hay que devolverle la velocidad de quien la habita, la ciudad debe funcionar al ritmo del hombre.
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Michelle
Muchas veces se debe retroceder para avanzar, esto lo confirma, en la actualidad es menester que la sociedad deba «involucionar» para evolucionar.