Los vehículos son cada día más limpios, menos ruidosos y más efectivos, todo ello debido a los avances tecnológicos. Sin embargo, las emisiones del sector continúan aumentando, en gran parte debido al aumento de las distancias que se recorren.
El transporte es una de las actividades más conflictivas cuando nos referimos a la contaminación y al cambio climático. Si bien gracias a las mejoras tecnológicas de los últimos años se ha conseguido reducir el impacto medioambiental del sector, otros factores han hecho que el balance de la actividad empeore en términos de CO2: las distancias recorridas no dejan de aumentar, lo que propicia un aumento de las emisiones y anula los beneficios logrados por los avances tecnológicos. “Durante estos últimos 10 años nos hemos concentrado en las medidas destinadas a mejorar la movilidad, disociando las emisiones provenientes del transporte del crecimiento económico. Hoy en día, constatamos que las grandes inversiones llevadas a cabo en infraestructuras de transporte fomentaron que los ciudadanos recorrieran mayores distancias en sus quehaceres cotidianos, sin disminuir el tiempo de exposición al ruido, los embotellamientos ni la contaminación atmosférica”, comenta Jacqueline McGlade, directora ejecutiva de la AEE (Agencia Europea del Medioambiente), quien continúa: “En el futuro, será necesario concentrar nuestras energías no solamente en los medios de transporte, sino también en los motivos que hacen que la gente se desplace. La movilidad está estrechamente relacionada a la calidad de vida”.
En Europa, el crecimiento del transporte de mercancías (en especial por carretera y aéreo) es superior al de la economía. El transporte ferroviario y el fluvial han visto reducida su cuota sobre el total.

El transporte de pasajeros ha continuado aumentando a un ritmo menor que la economía. En la Unión Europea, el transporte aéreo se mantiene como el sector cuya expansión ha sido más rápida, con un aumento de un 48% entre 1997 y 2007. El automóvil sigue siendo el primer medio de transporte, con el 72% del total de pasajeros y de kilómetros en la Europa de los 27. En los países miembros de la Agencia Europea para el Medioambiente, las emisiones de gas de efecto invernadero provenientes del transporte aumentaron un 28% entre 1990 y 2007. Actualmente estas emisiones representan el 19% del total.
A pesar de las recientes reducciones de los contaminantes atmosféricos, en 2007 el transporte por carretera fue el mayor emisor de dióxido de nitrógeno y el segundo mayor emisor de contaminantes con partículas finas. En lo referente al ruido, el transporte por carretera es con mucha diferencia la más importante fuente de emisión. El número de personas expuestas a niveles perjudiciales de ruido, especialmente durante la noche, seguirá aumentando, a menos que se elaboren y se pongan en marcha medidas políticas eficaces.